Lo más grande de este silencio
Llegas, me das la mano y trato de inventar la suerte o el deleite de tu bienvenida luz. Eres nombre y sueño y qué sé cuántas cosas que no alcanzo: todo detrás de la mirada. Ya no necesito palabras para dibujar el esbozo de amapolas que colorea tus mejillas. Mujer, yo soy otro hombre en nuestro encuentro de primavera y siento palpitar en mi alma tu murmullo de azucena, desleyendo la tinta de aquellos pétalos manchados de negro en medio de la niebla. Mañana, como siempre, te daré mi mano y en ella encontrarás todo mi cuerpo entregándose a tu lado, diciéndote cuánto cuánto te amo y lo mucho que te he echado de menos... Mujer, ahora Blanca, luego Carmen, quizá Rosa, Azucena o Margarita... tus facciones son siempre las mismas, tus palabras parecidas, tus ojos siempre vibrantes... ¡ Cuántos detalles iguales ! y en mí siempre distinta,siempre una, única en el sueño, única en el cuerpo, única en el aliento, única en la sensación...única y diferente jugando por las estrías. Corres, huyes, te escondes y luego me llamas,como quien no quiere dejarse ver, para juntar más tarde la rosa con la almohada. Mañana te escribiré otro poema -qué más da que siempre te diga lo mismo-. Tú lo lees de manera nueva, tú revives cada letra, tú cambias el sentido de sus líneas y sabes encontrar en mi corazón la misma música con inédita melodía.
¡ Ya sabes! estos son los momentos que se eternizan,cuando siento en mi cuerpo latir tu savia y, un poco olvidado de mí, me desborda tu pasión expresiva. ¡ Qué no haría! ¡ qué no daría ! ¡ mucho más que la palabra ! Mañana hay que dejarlo aparte y trascender la aurora del presente trance, de este mediodía que nos acerca y une; ahora, en este haz de inspiración y telepatía, ya no hay fuego que nos queme, ya no hay historia que nos olvide, ni otoño que nos desnude, ni río que nos separe, ni noche que nos ciegue, ni freno que nos pare... Tú tienes alas y yo viento, tú tienes hojas y yo tronco...-OLVIDÉMONOS DE TODO-, porque no hay cosa más hermosa que contemplarnos el uno al otro y saber que no hay alrededor nada, que el mundo gira alrededor de nosotros, que la historia sigue su curso, y que en nuestra mirada eterna hay juventud, fragancia, ternura, sueño, idilio y, sobre todo, esa confianza mutua de saber que nos tenemos, que nos queremos y que si ese momento que nos traslada y anonada, que si ese sentimiento tiene algo de cierto, te aseguro, mujer, que en su eternidad no cabe distinguir cambios, y, por eso, no puede ser mañana diferente.
2
Y ahora recuerdo, como tantas veces al declinar el día y sentirte lejana, nostalgia de guata y pana...,recuerdo tu sueño de hadas y tu frente fresca resbalando en mi alma. Recuerdo tu iris flotando en mi risa cuando decías, mujer, que yo era una nube,un árbol, una fuente, un beso, un suspiro...¡ Y yo no te creía !Intrigante mirada, te canto a ti entre la bruma,porque apenas sé si el frescor de tus hojas es la mañana,porque apenas sé si el frescor de tu halo es llama de ruiseñor...Te llamo, porque sé que estás tras la puerta, acaso rompiendo el gabinete de ojos que curiosea por la ventana.Esta tarde espié una vez más la desnudez de tu alma, cuando te bañabas entre las rosas de albahaca,y he comprendido que en el solar de mi corazón hacía falta algo de tu desnudez, algo que me dejase rastro de primavera,de esa primavera que es eterna en nuestro mirar mutuo.Ya verás cómo se alegra el paseo cuando el viento suave arranque uno de tus cabellos y coloque en el suelo una roseta blanca, ¡ ya verás !.Mujer, siempre vuelvo hacia ti con desenfado, quizá porque tengo que rendirme ante el perfil de tus labios, quizá porque me seducen tus ojos negros o porque me abstrae el lago de tu frente.No sé... Lo cierto es que siempre vuelvo a ti con desenfado y por las tardes cálidas de mayo voy cortando las flores para ponerlas en un jarro, y así, cuando tú llegas, parece que volvamos al sueño. El sueño es solo. La hora no llega. El deseo se impacienta, las olas me ahogan y pierdo las horas correteando solo por las plazas sin luna, subiendo escaleras y saltando barandillas por llegar a tu lado.Mujer desconocida, eterna y deseada: esa parte de mi alma donde predomina el canto del pájaro y el aroma del verso,como lo más sagrado de mí, cariño, envuelto de plata y cielo te lo guardo.
3
Al no encontrarte esta tarde, he dirigido mi mirada al mar,a ese mar de aletazos bruscos que suele chocar con las nubes de estrellas. He vuelto a sentirte rayo jugando con el aire, mujer,¡ tan despierta y perspicaz en el abrazo de las olas !Amor, amor...tenerte sin que nunca te vayas, abarcarte con la profundidad de la entrega y olvidarnos del mundo...Siempre con el viento rodeado de impulsos y jadeos, de silencios y distancias, como cuando dos cerezas descolgadas de la rama se alejan con la corriente en la fraterna unión de sus miradas.A veces, bajas los ojos con timidez, como subyugada ¿ verdad ? Luego sueles hablar despacio, entre dientes, y entonces te levanto con el índice la barbilla y te beso en los labios... ¡ Ya sabes !entre nosotros no hay mediodía, ni velos, ni necesidad de palabras.Yo sé que sólo tú eres verdad, bondad y belleza; que tú lo eres todo,todo eso que cuando no alcanzo me deja sin nada; todo lo que tiene sentido y vida; todo lo que es esperanza y sueño; todo lo que ilumina y fortalece; todo lo que da vida a la primavera; todo lo que es espíritu y materia... TODO. Por eso soy todo, porque todo de mí es más con todo tu YO: amor, pensamiento, deseo, sueño... ¡ Amor !, ¡ cómo alimenta tu manjar de niña!, ¡ cómo ilumina tu mirar de ángel !,¡ cómo crece en tu frente la mía !. AMOR, ahora somos más mundo y más vida, somos ahora más esencia y más calor de tarde fresca, más suyos -también más suyos...- como el sol, la luna y las estrellas...Después seremos eslabón, historia y semilla.
4
Hoy has venido con otro nombre y otra risa. Has lanzado al aire el vuelo de tu pelo. No sé si te he descubierto de nuevo al caer la tarde de mi pecho de paseos y farolas.Mujer, ojalá te pueda llamar mañana y cortar cada tarde el manojo de nubes que hay en tu sueño.¡ Si supieras cuántas cosas no te cuento en el susurro del aire porque duermes !Hoy has venido con otro nombre, pero no has cambiado de sitio,ni de aire, ni de aliento... Te he sentido como una rama del mismo árbol,como una flor de la misma primavera, y he querido separarte de la corriente del agua sin encontrar una gota que no enjugara mi alma.Amor, esta tarde he vuelto a escuchar tu canto y he encontrado el canto de cada tarde amenizando el parque.Mañana no importa para nuestros planes de ahora. Has venido como ayer y al instante te transformas, te transfiguras en cloramina, que llevada de la brisa revolotea junto al cristal de mi balcón. Olvidado posiblemente de mí, camino entre el mar y la arena, aferrado a tu cintura como las olas al mar...Y sigo vagando por alcanzarte desnuda... Siempre fui para ti, viví por ti, nací por ti y, sin ti, algunos días no los habría soportado.Otra cosa es soñarte, como siempre, a pesar de los días, a pesar de las olas, a pesar de la ventolera... Imaginarte gozando de mi risa y saboreando mi presencia, como yo saboreo tu cuerpo y tu espíritu, tu presente y tu sueño, o como yo, cansado de soledad, algunas veces, me conformo con recordarte.Soy esta tarde más feliz, porque te he dado algo de mí,porque he sentido que tú sigues siendo la misma, aunque a menudo te llames de distinta manera y te disfraces en los canales de los tejados los días de lluvia.
5
Como quien espera al alba, meditabundo, pienso en ti. Después de una noche de rosas y azucenas, con el halo de agrado que envuelve nuestros cuerpos de silencio, mujer, ahora y siempre seremos lo que somos: esencia y futuro de multitud de sueños.¡ Ya pasan los días ! Julio cae sanferminero; risueño entrará agosto y para nosotros el eco presente de los besos ponderosos, el eco presente de tantas horas desgastadas en los labios de la noche. Mujer, amor y más amor hasta la aurora; después, más amor; por la mañana, tu recuerdo; por la tarde, tus manos como diadema alrededor de mi frente. El resto del día estaremos presentes: en la carta del enamorado, en el beso furtivo,en la caricia trémula, en la mirada cómplice, al despegar el vuelo los ojos tristes...Estaremos presentes en la melodía del poeta que se acerca a una niña para conquistarla con sus versos.
6
Sigues, con ese incierto vuelo, posándote en mi mente,como el copo que se aleja de la nube fría para alcanzarla ardiente llama...Sigues, posiblemente porque eres lo más mío que me rodea,porque eres esa parte que en mi esencia se contempla al frescor del agua, mujer, cuando bañada de entreceja derramas la mañana.Contigo, sólo contigo florecerá mi alma, sólo contigo al despuntar el alba.
¡ Tengo tanto que darte ! Toda aquella parte de cielo que te ciegan las estrellas; toda aquella altura del aire que sueñan los árboles; todo aquel resplandor que se oculta tras la luz...
Por el paseo de la ermita pasean procesiones de hormigas...
7
Si no terminara nunca el sueño, la ola, el amor, el tiempo...¿ Recuerdas ? Es como si fuese entonces. Siempre el recuerdo vivo latirá en mi alma. Eras doncella, azucena, margarita; eres mirada, sentimiento, ternura...¡ eres tú !, la misma inocencia y el mismo arco iris, la misma aurora y tu inconfundible mirada. Recuerdo. Parecía que todos aquellos secretos querías guardarlos debajo de mi almohada, como si yo fuera la tarde que acogiese tu cansancio del día, como si yo fuera la experiencia que dirigiese tu candor adolescente...Y así desperté, desperté un día, galán a tu lado, medio almohada, soporte casi ¡ sin tanta experiencia como tú te creías!
8
No, no cabe pensar en mí aquello de dejarlo para más tarde.Todo lo que a ti se refiere ha de ser, ahora y siempre,rápido.Lejos de ti soy un nudo tenso. Vuelve, ven y llena con tu perfume el lecho solitario que en tu ausencia soporta a este cuerpo frágil.Mujer, ¡ en mis brazos de nuevo! ¡ Ya te siento ! Queman mis palmas, hierve mi corazón...Nos aislamos, huimos, soñamos y ya no queda nada, nada de lo que pudo ser todo. Quiero quedarme contigo a solas, quiero tenerte desnuda, como ayer. Luego, como siempre, sentiremos el huracán de la primavera y el cosquilleo de los estambres de sus flores.
Y es que lo más grande de este silencio es la paz que nos da el habernos conocido, descubierto y amado.
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