Amaneciendo

Amaneciendo
Luz del interior/Foto de Internet

domingo, 21 de junio de 2015

Canto décimo






          Nubes de alamedas adormecidas bajo la red
de lunas flotantes en los límites inmediatos
del sueño.
          Yo sé que tu sonrisa es la música callada
que me acaricia, ahora que los juncos suaves
hormiguean mi piel, abarrotada con los lunares
de tus besos, aterciopelados, espumosos, esotéricos,
marinos, musgosos y frescos.
          De noche es más ardiente el silencio, es más profundo
el diálogo, es más directo el juego de la brisa y los árboles.
Seguramente tu mirada de escaparates y pasarelas
hizo de mis retinas la diana receptiva de su deseo
submarino. Y por eso los rayos luminosos
del día, coloreado de verano, playas, atardeceres,
ojos y primavera, me trasladan a la noche,
paraíso de cataratas y de íntimos caleidoscopios,
a esa noche despierta de realidades, a esa noche
con la que no puede el tiempo, el sueño, el mito,
ni la ciencia.
           Porque es toda alma abierta, florida, enamorada, celeste, encarnada...

Sé que en tu sonrisa se abre el corazón de las magnolias.

sábado, 20 de junio de 2015

Canto decimoprimero





Y siento un techo de manos que nos acerca
al microcosmos de estrellas derramadas
entre pestañas.
Es verde la sombra del presente que nos llama...
¡ verde !
Un rugido de estatuas enreda la melena de plata,
y la epidermis verde de la rana dilucida la penumbra clara.
La noche se duerme, se sueña...
La noche no pasa, y en el pecho desnudo, en vela, una hebra
despeinada pone con ternura su cabeza.

Una lluvia de hilos va descosiendo su entraña.


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viernes, 22 de mayo de 2015

Canto decimosegundo






AMANECE

Amanece en mi alma la guitarra callada.
El peso latente de la palabra rompe
la rama de la madrugada. Aún queda
algo de noche en el cuerpo de esmeralda,
aire inconsciente que llama al cristal
de la ventana, ramillete de golondrinas
enredado de recuerdos y nostalgia.

AMANECE.

La luz que reina no puede con mi sueño
de grillos y luna. El vaivén de la goleta
es un duermevelas, y el cielo parece
recoger su tinta de calamares.
La marejada de anoche no eleva ancla
en tu mirar silvestre.
Todavía centellean los fuegos artificiales.
La mañana tienta al oleaje, los olivos
y la muralla.

Son extensos rastrojos de plátano descolorido,
con pétalos en la sangre. Calor de álamos viejos
y envejecidas alas sin volar.
Tú dejaste las curvas sonoras en las encinas
de mi pueblo.
Tú sembraste en las cálidas llanuras de mi alma
los misterios de este sueño que ahora germina.
Creo que los arcos de nuestro puente
nos llevan a un jardín de rododendros
con música sin abrir.

AMANECE



sábado, 25 de abril de 2015

Canto decimotercero





Amanece la noche sin miedo al dolor
de los cristales rotos de la luna.
Amanecen los chopos, riachuelos, abejas y panteras.
Estiran sus alas las aves que adormecidas
parecían desmayadas por pálidas...
Es la vida con las notas de átomos flotando
en el vuelo planeado, circular, tenso y lento,
de momentos con pulso opaco.
Noche de mi alma, que despierta al calor
de las olas amarillas.





Noche de mi alma, que se entrega al placer
sigiloso de la entresombra.


Noche tranquila, ¡ yo temía tu despertar !
Mas ahora te siento enamorada ofreciéndome
la manzana de la luna llena, y mi corazón
canta el frenesí de este lago manso,
manso lago que me absorbe
como el imán de sus ojos.

La noche es un collar de diamantes
donde cada estrella piruetea con el rejón de su luz.



viernes, 24 de abril de 2015

Canto decimocuarto







Cae la noche almendrada desprovista de yugos y tenazas.
Canta la nena su nana.
Noche clara, noche limpia, noche despejada ...
Ahora tu fondo se alcanza en la mirada.
¡ Qué cerca y tangible la rosa de tu almohada !
En la terraza, al cobijo de una penumbra de nogales,
los verdes oscuros apagan su acerbo tacto.
Hoy es todo dócil, sereno, suave. Un silencio de uvas
fermenta alrededor de mayo sorprendente.

La terraza es una burbuja de grillos con risa,
y la nana de la nena place a las estrellas de su cuna.

Mayo apacible, flores cortejando a la enredadera
y los emparrados de seda en el patio de la primavera.

El aroma profundo de tu entraña ha seducido al alma del poeta.



lunes, 30 de marzo de 2015

Canto decimoquinto










Nieva en la retina de esta noche de avellanos y olivos.
La luna crece entre chopos y besos.
El grillo marcha con sus versos.
La rana reta a una estrella entre las ramas,
y en el emparrado verde de la penumbra zumba mil ecos
un enjambre de medallas.



En la cuna de la niña hay canas de luna.
AHORA es TODO PRESENTE,
mañana no importa.
Tú eres mujer, carne de mi carne:
CAMINO
CIELO
MUSA
SUEÑO

sábado, 28 de marzo de 2015

Canto decimosexto










Parpadea la marea dócil de los sonoro moluscos de caparazón bruñido.
Parpadean haces de centellas en la penumbra débil de la terraza etérea,
aislante, íntima, honda, alta y verde.
Parpadea el fuego relampagueante de este día de pájaros cucos
y croar de ranas.

Habernos perdido en la profundidad de la distancia, del tiempo, del sueño,
y quedarnos perplejos en la playa, sin que el viento borre el paisaje
de tu alma.
Eternamente juntos al despuntar del alba.
Poner freno para que la rueda lleve el paso lento.
Detenerme junto al portal de tu casa,
 para intimar con los jazmines de tu patio,
y permanecer siempre flotando en el carmín de tus labios.

Recorrer senderos serpenteantes para llegar más tarde a la estación del día,
repitiendo en la vuelta del camino círculos tras círculos.

¡ Qué grande la dicha de esta noche
que nos cautiva desde su mirador !