Amaneciendo

Amaneciendo
Luz del interior/Foto de Internet

sábado, 19 de septiembre de 2015

Canto sexto







Te he descubierto, noche sola, tímida,
sensata y juguetona, de azules escarlatas,
grises, dorados, acerosos y marinos,
de enarcadas bombillas.
En los porches de mi cándida entrega,
los panales dormidos derraman cera
y resina.
AHORA que amanece, noche tenue,
noche pura, se disuelven los fantasmas.
Queda en mi corazón de niño un rosario
de recuerdos y mis ilusiones se apoyan
en el peciolo del amor, porque ahora
todo es CERCA.
PALPABLE
CLARO.

Presente de lunares, cascabeles, luceros y sonajas.
La niña recoge conchas por la playa y se oye
el croar de la rana.

AMANECE.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Canto séptimo


















De tu mano siento el paso firme YA
AHORA
SIEMPRE
¡ESTA NOCHE!
¡ Que no pase !
Ha de llegar el día. Pero antes hemos de vivir
la noche de cerezas y delfines.
En la media luz donde ahora es todo claro.
Palabras y gotas de arena.
Luna desnuda de nuestras almas- niebla.
Media luna, mujer a medias, ahora llena.
De tu mano siento el curso del río llano,
detenido en la dehesa del cáliz azul,
verde, rojo, marrón, amarillo...

Amanece una columna de espigas en la noche de orugas.



jueves, 17 de septiembre de 2015

Canto octavo














Amanece mi alma a los silencios diáfanos
que circundan tu cielo límpido de naranjos,
zafiros, gelatinas y granadas.
Nace a la madre, al niño, a la casa, al jardín,
al parque y a la ciudad.
Noche algodonada -en cualquier caso-
acaricia mi barba asediada de caracolas
pelirrojas, pelitersas y aun domadas.

¡ No creas que me he ido !

Escucho tu fluido soliloquio de planetas,
constelaciones, océanos y tranvías.

Eres VERDAD la noche que me abriga.
TODO
AHORA
SIEMPRE
AMOR

Es hora de seguir el viaje.



Canto noveno








Vuelvo al camino. 

La noche es vida, vida plena 

donde reside la esencia íntima del día.

Dentro están la estrella, la luna, el búho, el grillo, la rana

y el paraíso de la niña.

Dentro.

Siempre junto a la reja, al calor del emparrado,

sintiendo ese sueño sin cuerpo que me abrasa.

Toda la noche eterna 

ahora cortejándote,  conquistándote, seduciéndote:

verde, blanca,azul, amarillo... Como el bochorno de enfrente.

La luna me ha conquistado todo: arriba, abajo, afuera, adentro, siempre, nunca...

AHORA. Ahora que mi alma nace. Ahora que la luna crece. 

Ya jamás será tarde.

 Siempre ahora amenaza.

Bisbiseo.

Lo demás es capricho y obsesión, 

sílabas de entreceja al son de la música nocturna,

archipiélagos en esta fiesta de toboganes y verbenas.

Ahora abarca todo la sombra sutil del imponderable

volumen de las medusas sirocas.

domingo, 21 de junio de 2015

Canto décimo






          Nubes de alamedas adormecidas bajo la red
de lunas flotantes en los límites inmediatos
del sueño.
          Yo sé que tu sonrisa es la música callada
que me acaricia, ahora que los juncos suaves
hormiguean mi piel, abarrotada con los lunares
de tus besos, aterciopelados, espumosos, esotéricos,
marinos, musgosos y frescos.
          De noche es más ardiente el silencio, es más profundo
el diálogo, es más directo el juego de la brisa y los árboles.
Seguramente tu mirada de escaparates y pasarelas
hizo de mis retinas la diana receptiva de su deseo
submarino. Y por eso los rayos luminosos
del día, coloreado de verano, playas, atardeceres,
ojos y primavera, me trasladan a la noche,
paraíso de cataratas y de íntimos caleidoscopios,
a esa noche despierta de realidades, a esa noche
con la que no puede el tiempo, el sueño, el mito,
ni la ciencia.
           Porque es toda alma abierta, florida, enamorada, celeste, encarnada...

Sé que en tu sonrisa se abre el corazón de las magnolias.

sábado, 20 de junio de 2015

Canto decimoprimero





Y siento un techo de manos que nos acerca
al microcosmos de estrellas derramadas
entre pestañas.
Es verde la sombra del presente que nos llama...
¡ verde !
Un rugido de estatuas enreda la melena de plata,
y la epidermis verde de la rana dilucida la penumbra clara.
La noche se duerme, se sueña...
La noche no pasa, y en el pecho desnudo, en vela, una hebra
despeinada pone con ternura su cabeza.

Una lluvia de hilos va descosiendo su entraña.


¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨
                             ¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

viernes, 22 de mayo de 2015

Canto decimosegundo






AMANECE

Amanece en mi alma la guitarra callada.
El peso latente de la palabra rompe
la rama de la madrugada. Aún queda
algo de noche en el cuerpo de esmeralda,
aire inconsciente que llama al cristal
de la ventana, ramillete de golondrinas
enredado de recuerdos y nostalgia.

AMANECE.

La luz que reina no puede con mi sueño
de grillos y luna. El vaivén de la goleta
es un duermevelas, y el cielo parece
recoger su tinta de calamares.
La marejada de anoche no eleva ancla
en tu mirar silvestre.
Todavía centellean los fuegos artificiales.
La mañana tienta al oleaje, los olivos
y la muralla.

Son extensos rastrojos de plátano descolorido,
con pétalos en la sangre. Calor de álamos viejos
y envejecidas alas sin volar.
Tú dejaste las curvas sonoras en las encinas
de mi pueblo.
Tú sembraste en las cálidas llanuras de mi alma
los misterios de este sueño que ahora germina.
Creo que los arcos de nuestro puente
nos llevan a un jardín de rododendros
con música sin abrir.

AMANECE